martes, 1 de noviembre de 2011

Resumenes de las teorías de Paulo Freire y Ivan Illich.

PAULO FREIRE.                                         

Hijo de una familia de clase media pobre de Recife, Brasil, nació el 19 de septiembre de 1921.
Freire conoció la pobreza y el hambre durante la Gran Depresión de 1929, una experiencia que formaría sus preocupaciones por los pobres y que le ayudaría a construir su perspectiva educativa. Freire se matriculó en la Universidad de Recife en 1943, en la Facultad de Derecho, donde estudió filosofía y psicología del lenguaje al mismo tiempo. Se incorporó en la burocracia legal pero nunca practicó la abogacía, sino que prefirió dar clases de portugués en secundaria. En 1944 se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, que era profesora de primaria. Tuvieron cinco hijos y colaboraron por el resto de su vida.

En 1967 Freire publicó su primer libro, La educación como práctica de la libertad. El libro fue bien recibido y se le ofreció el puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard en 1969. El año anterior había escrito su famoso libro Pedagogía del oprimido, que fue publicado en inglés y en español en 1970. Debido al conflicto político entre las sucesivas dictaduras militares autoritarias y el Freire socialista cristiano, el libro no fue publicado en Brasil hasta 1974, cuando el general Ernesto Geisel tomó control de Brasil e inició su proceso de liberación cultural.

RESUMEN DE ‘’LA PEGAGOGÍA DEL OPRIMIDO’’ POR CAPITULOS

 Capitulo I

        La justificación de la pedagogía del oprimido  
        La contradicción opresores – oprimidos, su superación
        La situación concreta de opresión y los oprimidos
        Nadie libera a nadie, ni nadie se libera sólo. Los hombres se liberan en comunión
  
Paulo Freire sustenta una pedagogía en la que los individuos aprendan a cultivarse a través de situaciones de la vida cotidiana. 

No se trata de una pedagogía para el oprimido, por el contrario, de él, el sujeto debe construir su realidad a través  de las circunstancias que generan el devenir cotidiano. Los textos que el individuo construye le permiten reflexionar y analizar el mundo en que vive, pero no para adaptarse a él.

Freire habla de una pedagogía libertadora en donde el método deja de ser instrumento del educador con el cual manipula a los educandos porque se transforman en la propia conciencia.

El autor en este primer capitulo menciona algo muy importante –la superación auténtica de los opresores-oprimidos no esta en el mero cambio de lugares, ni en el paso de un polo a otro, ni tampoco radica en el hecho de que los oprimidos de hoy en nombre de la liberación, pasen a ser los nuevos opresores.
La propuesta de Freire implica dos momentos distintos de manera progresiva: una se refiera a tomar conciencia de la realidad en la que vive el individuo, como ser oprimido siempre sujeto a las determinaciones de los opresores, la otra en cambio consiste en la iniciativa de los oprimidos paras luchar frente a los opresores y liberarse para llegar  a la praxis. 

  Capitulo II

         La concepción “bancaria” de la educación como instrumento de opresión. Sus supuestos. Su crítica.
         La concepción problematizadora de la educación y la liberación. Sus supuestos.
         La concepción “bancaria” y la contradicción educador-educando.
         La concepción problematizadora y la superación de la contradicción educador-educando: nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre si con la mediación del mundo.
         El hombre como ser inconcluso y consciente de su inconclusión y su permanente movimiento tras la búsqueda del SER MAS

  En este capitulo el autor hace referencia  a una característica actual de la educación la cual consiste en una narración y memorización excesiva que se presenta en las aulas, sin analizar la esencia de ello, un ejemplo sencillo es: el educando memoriza que 4 veces 4 es igual a 16, sin percibir lo que realmente significa 4 por 4; dicha situación que Freire concibe como si los alumnos fueran unos recipientes en los cuales se depositan los conocimientos, así el maestro es un depositario y los conocimientos son los depósitos que éste realiza cotidianamente.

 Freire menciona que la educación bancaria mantiene y estimula la contradicción; de ahí que ocurra lo siguiente:

     El educador es siempre quien educa; el educando el que es educado.
     El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.
     El educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los objetos pensados.
     El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente.
     El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados
     El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción.
     El educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la ilusión de que actúan, en la actuación del educador.
     El educador es quien escoge le contenido programático; los educandos, a quienes jamás se escucha, se acomodan a él.
     El educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél.
     El educador es el sujeto del proceso; los educandos, meros objetos.

La concepción bancaria de la educación pretende  transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones  reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuando mas pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su creatividad, estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los opresores surjan como sujetos generosos.

Cuando el individuo no lucha por sus intereses y emancipación cultural y social, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha predominado reiterado con la educación que se impone en las escuelas, sin embargo la pedagogía  que propone Paulo Freire es opuesta, ya que sugiere que el individuo adquiera la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, lo cual  se alcanza a través de la liberación, para ello se requiera que la educación deje de ser  mecanicista. 

La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto cognitivo en el que se  comprenda y analice el contenido, superando la división existente entre el educador y el educando; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación  integral de ambos, puesto que los dos tienen elementos  que aportar a la enseñanza. 

 Capitulo III 
 
         La dialogicidad: Esencia de la educación como práctica de la libertad
        Dialogicidad y diálogo
        El diálogo  empieza en la búsqueda del contenido programático
        Las relaciones hombres-mundo, los “temas generadores” y el contenido programático de la educación
         La investigación de los temas generadores y su metodología
         La significación concientizadora de la investigación de los temas generadores.
         Los momentos de la investigación

El uso el diálogo como  elemento del aprendizaje  y como práctica de la libertad es indispensable ya que el hombre no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la reflexión; dialogicidad que debe establecerse entre el educador y el educando.

Es importante establecer diálogo con el pueblo, pero ello implica emplear un lenguaje similar al de las costumbres del individuo para que exista una interacción es necesario integrarse a la vida del hombre, investigar su lenguaje, su actividad y pensamiento; posteriormente, a través de la educación problematizadora estos elementos se conjugan para generar conocimiento.

Cuando se desea investigar el tema generador, se debe acudir hasta el lugar donde se encuentran los individuos que se pretenden liberar e investigar el pensamiento de ellos para no descontextualizar su trabajo, por el contrario se trata que la enseñanza se dé entre su propia realidad para evitar que sea un acto mecánico, es decir la superación y liberación del hombre no se logra con el consumir ideas que abundan entre los hombres, mas bien se trata de que el individuo las construya y sobre todo que las transforma a través de la práctica y la comunicación.

La investigación del tema generador implica dos fases distintas; la primera se refiera a acudir hasta el lugar de los hechos para conocer cuál es la forma de pensar de los oprimidos y la segunda es aplicar el pensamiento en el aprendizaje sistemático a través de la interacción grupal entre los mismos individuos, de tal manera que la persona vaya adquiriendo conciencia de su realidad.

Capitulo IV

         La antidialogicidad y dialogicidad como matrices de teorías de acción cultural antagónicas: la primera sirve a la opresión y la segunda a la liberación:
La teoría de acción antidialógica y sus características
          La conquista
          La división
          La manipulación
          La invasión cultural

La teoría de acción dialógica y sus características

          La colaboración
          La unión
          La organización
          La síntesis cultural
El opresor hace uso de la antidialogicidad para mantener su status que  a través de diversos medios, por ello es importante conquistar a los oprimidos con el diálogo concreto repetidamente, convirtiéndose este acto en una acción necrófila

Otra característica de la antidialogicidad es la manipulación que a través de la ideología busca conformar a las personas en base a sus objetivos propuestos, en ocasiones la manipulación se da  a través de pactos con la desventaja para los oprimidos.

La invasión cultural es una característica más de la antidialogicidad, en donde los oprimidos son concebidos como objetos, mientras que los opresores son autores y actores del proceso; es una táctica subliminal que se emplea para la dominación y que conduce a la inautenticidad de los individuos.

Contraponiéndose a lo expuesto anteriormente, aparece la colaboración como una forma de emancipación del pueblo, pero ésta no implica la existencia de un líder mesiánico, sino a través de la comunión entre las masas quienes interactúan y se comunican con el compromiso mutuo de luchar por la liberación, descubrir el mundo, no adaptarse a él, ofreciéndose confianza mutua de tal manera que se alcance una praxis revolucionaria.

Además de la colaboración, se requiere de unión para realizar un esfuerzo común que conduzca a la liberación, lo cual implica una forma de acción cultural que enseñe el qué y cómo de la adherencia a la causa revolucionaria, pero sin caer en la ideologización, sino descubrirse a sí mismo como lo que es realmente, una actividad humana.

La acción dialógica también requiere de la organización para evitar el dirigismo ideológico, es un elemento constitutivo de la acción revolucionaria, misma que implica conexión entre la acción y la práctica; para que esta acción se realice debe estar presente la disciplina, orden, objetivos precisos, tareas que cumplir y cuentas que rendir ante sus semejantes, de ninguna manera se trata de una actividad anárquica, sino el despertar para liberarse de la opresión en que se encuentran.

La última característica de la acción dialógica es la síntesis cultural que se da simultáneamente con la investigación temática, puesto que pretende superar las acciones opuestas emprendidas por los opresores, es decir, va más allá de la inducción, por lo que se trata de la fuerza de su propia cultura como un acto creador que los reivindica con otra visión acerca del mundo.

 RESUMEN GLOBAL

El mensaje central de la pedagogía del oprimido es precisamente la liberación de los oprimidos pero sin que éstos se conviertan en opresores, sino que a través de la reflexión y una actitud crítica se logre llegar a la praxis que es la reflexión y acción de los hombres sobre el mundo para transformarlo.

Resumo el mensaje del libro con la siguiente frase: “Si un millón de personas creen en una idea tonta, sigue siendo una idea tonta; andar con la multitud no te lleva a ningún lado; así que si crees en algo que es bueno, honesto y brillante; defiéndelo, tal vez tus compañeros sean inteligentes y te sigan” 

QuantcastIVÁN ILLICH.

Iván Illich, de origen austríaco, es ya reconocido como un autor importante en el campo de la crítica e investigación educativas. La Sociedad Desescolarizada, libro que ahora resecamos, es quizá su obra más difundida y polémica. La mayoría de sus actividades e investigaciones han estado dirigidas al análisis de la sociedad contemporánea, buscando alternativas a la problemática que ella presenta.

La Sociedad Desescolarizada reúne las ideas principales que surgieron de los diálogos realizados entre Illich y otro estudioso de la educación, Everett Reinier. Dichos diálogos fueron organizados a manera de seminarios anuales en el CIDOC por Valentina Borremans, directora de este Centro. El autor toma como base de su crítica a la educación la premisa siguiente:
“… para la mayoría de los seres humanos, el derecho a aprender se ve restringido por la obligación de asistir a la escuela”. A partir de ella realiza todo un análisis del sistema escolar en el que postula la hipótesis de que la educación universal por escolarización no es una meta alcanzable, aunque se creen nuevas instituciones educativas con estructura similar a la actual, aunque se cuente con el desarrollo de actitudes diferentes por parte de los maestros, y aunque se adicionen herramientas metodológicas modernas.

Su proposición se dirige hacia un cambio de los tradicionales “embudos educacionales” (canauación de todos los recursos educativos a través de la estructura escolar), a lo que é1 llama “tramas educacionales”, es decir, nuevas formas de acceso a los recursos necesarios para el aprendizaje.

RESUMEN DE ‘’LA SOCIEDAD DESESCOLARIZADA’’ POR CAPITULOSi

CAPITULO I: ¿POR QUÉ DEBEMOS PRIVAR DE APOYO OFICIAL A LA ESCUELA?

La institución escolar es un paradigma del tipo de visión del mundo generada por todas las demás instituciones de la sociedad actual; la familia, los partidos políticos, el ejército, la iglesia, los medios informativos. Todos estos organismos poseen un “curriculum ,oculto” que puede definirse como el resultado de ser sometido a un proceso de manipulación institucional, de definición de valores. Esta institucionalización de los valores es la que, según lilich, conduce a tres dimensiones que forman parte de un proceso más amplio de degradación social y personal; la contaminación física, la polarización social y la impotencia psicológica.

Tal proceso de degradación se verifica y acelera cuando necesidades no materiales se presentan como demandas de bienes, es decir, cuando la salud, la educación y el bienestar psicológico son considerados como resultado de servicios o tratamientos ofrecidos, desde luego, por instituciones.

Así pues, llega a la conclusión de que no es sólo la educación, sino la sociedad en su conjunto la que debe ser desescolarizada, la que debe rebelarse ante la autoridad institucional que define lo que es y lo que no es legítimo o deseable.

La escuela -dice Illich- ha llegado a ser la religión del proletariado actual al hacer promesas (incumplibles) a los “pobres de la era tecnológica”. La escuela no libera porque en su afán de educar sujeta a los alumnos a medidas de control social; los certificados escolares son índices que permiten manipular el mercado de trabajo. La escuela divide la realidad en dos terrenos, algunos lapsos procesos y medios que son considerados educativos, y otros que no lo son. La escuela divide la sociedad internacional en “castas” según el nivel escolar de los países, presentando un “ideal” educativo inalcanzable, pues además de resultar incosteable, se apoya en el falso supuesto de que la mayor parte del saber es resultado de la enseñanza proporcionada por el ritual de la institución escolar.

CAPITULO II: FENOMENOLOGIA DE LA ESCUELA

El autor encuentra que básicamente son cuatro las funciones de los sistemas escolares modernos: custodia, selección, adoctrinamiento y aprendizaje. Estas funciones son desarrolladas dentro de la escuela a la que define así- “el proceso que especifica edad se relaciona con maestros y exige asistencia de tiempo completo a un curriculum obligatorio” (p. 56).

1) Edad: La escuela agrupa a las personas según sus edades; existe la creencia, por ejemplo, de que los “niños” deben estar en la escuela, aprenden en la escuela y sólo se les puede enseñar en la escuela. Illich afirma que el concepto le “niñez” es reciente en Europa Occidental y aún más en América. Aparece con la sociedad industrial y la burguesía emergente; es entonces cuando con preceptores y escuelas privadas se “fabrica” al niño. El sistema escolar y la niñez son fenómenos interrelacionados, lo mismo que la “sabiduría institucional” lanzada al mercado como una mercancía más.

2) Maestros-Alumnos: Por definición, los niños son considerados como alumnos, por lo tanto su aprendizaje depende de un custodio-maestro. La escuela a su vez se sustenta en la afirmación de que el aprendizaje es resultado de la enseñanza cuando, en realidad, la mayor parte de lo que sabemos lo hemos aprendido precisamente fuera de la escuela. Aun en la escuela misma, el aprendizaje no depende totalmente del maestro, sino de variables como las estrategias para “pasar” exámenes, la capacidad memorística de los alumnos, su relación con los compañeros de clase, cte. El hecho de que la escuela exista y la escolaridad sea considerada si no obligatoria, deseable, determina que la gran mayoría de personas que no puede asistir a ella, también .’aprenda su lección”, es decir, quede instruida sobre su inferioridad.

3) Asistencia de tiempo completo: La obligación de asistir a clases sumerge a los niños en una especie de contexto sagrado (“educativo”); el aula se convierte en un recinto mágico. De tal modo, se los aparta del contacto con la realidad cotidiana. Al mismo tiempo, el profesor asume las funciones de custodio, predicador y terapeuta, con el derecho de participar e incluso dirigir las vidas privadas de sus alumnos. La escuela reclama tiempo y energías de los estudiantes por un considerable lapso de sus vidas. El ceremonial, ritual de la “escolarización” constituye un curriculum oculto que inicia a los hombres en la sociedad de consumo.

CAPITULO III: RITUALIZACION DEL PROGRESO

Illich analiza en este capítulo las principales conexiones entre el consumo escolar y el consumo social.
Al graduado, dice, se le escolariza para cumplir un servicio selectivo entre los poderosos en la sociedad. El alcanzar niveles superiores de educación significa que de alguna manera se ha cumplido satisfactoriamente con las reglas del juego del sistema en las primeras etapas escolares. La universidad impone normas de consumo tanto en el trabajo como en el hogar.

Ahora bien, esta capacidad de fijar dichas metas es bastante nueva: Illich la ubica en la década de los sesentas, cuando se difunde en las sociedades la “ilusión” de un acceso igual a la educación pública. Anteriormente no era automática la conversión del conocimiento en riqueza. Esta conversión ha conseguido que se pierda la búsqueda del saber, característica de las universidades antiguas, cuyos egresados eran más bien outsiders sociales. Ahora, en cambio, tanto para los estudiantes como para las naciones, el estudio es considerado como una inversión que promete ganancias económicas y un factor clave para su desarrollo.

A pesar de esto, a partir de 1968 la universidad ha perdido considerable prestigio entre sus creyentes. En Estados Unidos, por ejemplo, los jóvenes han rechazado prepararse y diplomarse para a fin de cuentas contribuir a la guerra, a la contaminación, a la manipulación de todo tipo. Muchos de ellos se niegan a integrarse a la sociedad diplomada y pasan a formar parte de la contracultura; otros, reconociendo que el Sistema Escolar posee el monopolio de recursos para la construcción de una contra sociedad, se desenvuelven en este medio formando lo que Illich denomina “focos de herejía en medio de la jerarquía”.

Después de analizar los valores mitificados producto del sistema escolar, Illich establece una similitud entre la Escuela Universal y la Religión Universal, apoyándose en los argumentos que a continuación se presentan:
La escuela es capaz de ser la Iglesia Universal de nuestra cultura dado que ninguna otra institución cumple mejor el papel de ocultar a sus participantes las discrepancias entre los “principios sociales” y la realidad social de nuestro mundo; sirve como generadora y vigilante del “mito social” debido a su estructura de “un juego ritual de promociones graduadas”; y es aquí donde Illich enfatiza el poder del curriculum escolar: “la introducción a este ritual es más importante que el asunto enseñado o el cómo se enseña: es el juego mismo el que escolariza, el que se mete en la sangre y se convierte en hábito (p. 88).

Se inicia a la totalidad social en el mito del consumo sin fin de servicios. Paralelizando con la religión agrega: “La gracia se reserva para los que acumulan años de escuela: los desertores son expulsados del paraíso porque habiendo sido bautizados no fueron a la iglesia, aprenden a sentirse culpables por ser sub-consumidores de escolarización.”

De esta manera, la escuela contribuye a crear un nuevo tipo de alienación; enseña la necesidad de ser enseñado por instituciones; esta nueva iglesia mundial es pues, “la industria del conocimiento, proveedora de opio y banco de trabajo durante un número creciente de años de la vida de un individuo”. La desescolarización es por consiguiente fundamental para cualquier movimiento de liberación del hombre (p. 93).

Al plantear el autor que la escuela como industria de conocimientos ha llegado a ser el principal “patrón” de la sociedad, resalta al mismo tiempo el potencial revolucionario de la desescolarización. La escuela como institución es la que moldea la visión de la realidad en el hombre de una manera más sistemática, ya que sólo ella está acreditada para formar el juicio crítico del ser humano, función que cumple a modo escolarizado, es decir, enseñando que el aprender sobre sí mismo, los otros y la realidad en general, se logra dependiendo de un proceso pre empacado. Poner en duda la bondad de la escolarización significa entonces plantear un cuestionamiento de todo el orden económico y político, peligrando así la supervivencia del sistema en su totalidad.

CAPITULO IV: ESPECTRO INSTITUCIONAL

Partiendo de que el futuro de nuestra sociedad depende en parte importante de la elección de nuevas instituciones, más que del desarrollo de nuevas ideologías y tecnologías, el autor sitúa dicha elección entre dos alternativas básicas de instituciones tipo, ubicadas en los extremos de un espectro institucional.

A la derecha del mismo sitúa las “instituciones manipulativas” cuyo ejemplo tipo es la escuela. Estas instituciones se caracterizan por ser formadoras de hábitos, es decir, crean adicción social psicológica hacia sus servicios. Además son altamente costosas, selectivas y jerárquicas. Junto con la escuela, Illich considera instituciones manipuladoras a las que controlan la vida política, la asistencia médica, la comercialización, la administración de personal, etc. Al otro extremo del espectro nos encontramos con las “instituciones conviviales”, tales como las redes telefónica y postal, los parques, etc.: aquellas cuyas normas se dirigen únicamente al control de abusos en su empleo.

Así, Illich afirma su convicción de que un cambio social radical debe ser necesariamente precedido o al menos iniciarse con un cambio en la conciencia que se tiene de las instituciones, en un rejuvenecimiento del estilo institucional.

CAPITULO V: COMPATIBILIDADES IRRACIONALES

Se reconoce que aún ahora la desescolarización social es una causa sin partido. El autor hace una crítica a los innovadores educacionales que siguen apoyándose en la creencia de que la conducta adquirida bajo la vigilancia de un pedagogo es altamente valiosa tanto para el alumno como para la sociedad. Siguen buscando la manera de canalizar los recursos educativos a través de embudos institucionales: se continúa con la idea básica de que la educación es resultado de un proceso institucional dirigido por educadores.

En contraposición Iván Illich sostiene que una revolución educativa necesita apoyarse en nuevas orientaciones de la investigación, en una comprensión distinta del estilo educacional en vías de una contra-cultura naciente.

CAPITULO VI: TRAMAS DE APRENDIZAJE

Este capítulo se propone demostrar que lo contrario de la escuela es posible; o que podemos partir del aprendizaje auto motivado en vez de coercitivo, flagrantemente o no, en el que los profesores deben “convencer” y obligar al estudiante para que dedique tiempo y voluntad al aprendizaje institucional; o que podemos ofrecer al alumno la oportunidad de establecer vínculos nuevos con el mundo en lugar de canalizar todos los programas envasados por medio del profesor.

Es decir, que lo que se requiere y es factible de realizarse, es la creación de lo que é1 llama “un nuevo estilo de relación educativa entre el hombre y su medio”.

Ahora, ¿cuáles son las características de nuevas instituciones educativas? El autor dice que un buen sistema educativo debe tener tres objetivos básicos
  1. Proporcionar a todos los que lo deseen, el acceso a recursos de aprendizaje, disponibles en el momento que lo necesiten.
  2. Proporcionar la oportunidad de compartir lo que saben a quienes quieran hacerlo, encontrando a quienes quieran aprender de ellos.
  3. Proporcionar la oportunidad de presentar en público los temas de debate a quienes deseen presentar sus argumentos.
Como formas de proporcionar acceso a los recursos, Illich presenta tipos de “tramas educacionales”, partiendo de la pregunta: “¿Con qué tipo de cosas y personas podrán querer ponerse en contacto los que quieren aprender a fin de aprender?” (p. 144).

Estas tramas son las siguientes
  • Servicio de Referencia de Objetos Educativos.
  • Lonjas de Habilidades de Servicio de Búsqueda de Compañero.
  • Servicio de Referencia de Educadores Independientes.
O sea, se concibe que el aprendizaje requiere acceso a información y a la crítica; que la información puede obtenerse de cosas y personas; la crítica puede desarrollarse con semejantes o iguales (compañeros) y mayores o educadores. Las cuestiones que requieran de una rutina para aprenderse, tales como las habilidades de todo tipo, pueden ser accesibles mediante las lonjas o listas de habilidades que proporcionen datos sobre los interesados en enseñar la habilidad que poseen.

Así, se plantea como alternativa a los “embudos escolásticos”, redes de comunicación que faciliten nuevas vías de acceso a la educación.

CAPÍTULO VII: “NACIMIENTO DEL HOMBRE EPIMÉTRICO

Este último capítulo que a manera de epílogo engloba bajo una perspectiva de crítica humanista las objeciones de Illich a la escolarización social, es producto de las conversaciones del autor con Erich Fromm.

El autor se remite a la mitología griega a través de la historia de dos hermanos: Prometeo y Epimeteo. El primero roba el fuego a los dioses y lo trae a la Tierra, enseñando a los hombres a forjar el hierro. Epimeteo, duramente criticado por su hermano y por toda la Grecia clásica, se casa con Pandora, la diosa de la Tierra en la Grecia matriarcal, la que todo lo da, y que dejando escapar todos los males de su ánfora, la cierra antes de que salga la esperanza.

Siendo considerada Grecia como la “cuna” de la civilización occidental, Illich establece una similitud entre la historia del hombre moderno y la historia de Prometeo; el empeño prometeico es traducido en un afán por crear instituciones a fin de atrapar cada uno de los males desencadenados con el olvido completo de la esperanza. Así, dice, es la historia de una esperanza declinante y unas expectativas crecientes.

Este reemplazo de la esperanza (fe en las bondades de la naturaleza) por las expectativas (confianza en el resultado de la planificación y control humanos), data del periodo clásico griego. Epimeteo, por.’Esperanzado’, fue entonces sinónimo de percepción tardía, de lentitud. Prometeo, en cambio, simboliza el “progreso”, la planificación, el desarrollo tecnológico. Al contrario de los primitivos que poseían ritos sagrados como iniciación social, los griegos clásicos sustituyeron esto por la educación (paideia) a través de la cual era permitido el acceso a las instituciones de legitimización social que habían sido creadas para enfrentarse a los males liberados.

El hombre clásico empieza a construir un contexto “civilizado” para vivir, a moldear el medio ambiente a semejanza suya.

El hombre contemporáneo además de intentar que este proceso sea completo, un entorno totalmente sujeto a su hacer planificador, se ha llegado a dar cuenta de que lo que puede hacer sólo a costa de rehacerse él mismo continuamente para adaptarse a su obra.

En términos de Illich: “Debemos enfrentarnos al hecho de que es el hombre mismo lo que está en juego” (p. 195). “El oscurecimiento de la realidad por el smog producido por nuestras propias herramientas nos rodea.’’“Súbitamente nos hallamos en la oscuridad de nuestra propia trampa!’’ (p. 198).

Esta lógica del absurdo que prevalece en la sociedad “civilizada”, es resumida por el autor en los absurdos institucionales. El absurdo institucional es evidente en los organismos militares que sólo pueden “defender la libertad, la civilización y la vida únicamente aniquilándolas” (p. 199).

Sin embargo también lo encontramos en todas las otras instituciones (agricultura, manufactura, medicina, educación) que generan más necesidades que satisfacciones, y que al tratar de satisfacer las necesidades que ellas mismas crean, no hacen otra cosa que “acabar la tierra”, desequilibrando el medio que pretenden dominar.

En este contexto, la escuela como proceso planificado conforma al ser humano para aceptar un mundo planificado. La dependencia de las instituciones reemplaza la confianza en la buena voluntad personal. Al mismo tiempo, los productos institucionales contradicen sus metas.

¿Qué alternativas podemos considerar ante un mundo de institucionalización de valores y procesos planificados?

Según Illich, si deseamos encontrar un nuevo equilibrio de nuestro medio ambiente global necesitamos des-institucionalizar precisamente los valores que sustenta la sociedad de hoy. Empieza a crecer ya la minoría internacional que sospecha y con fundamentos de que “algo estructural anda mal en la visión del ‘honro faber’. . . ” (p. 207) -. Esa minoría desconfía de las utopías científicas y comparte la sensación de encontrarse atrapada en las instituciones que el hombre mismo ha creado para dominar y conformar su medio, del mismo modo que Prometeo (dios de los tecnólogos) se encontraba atado a sus cadenas. Esta minoría “esperanzada” más que expectante, movida por la visión de que una nueva concepción del ser humano y de la realidad, desligada de la autoridad institucional, es necesaria para plantear un cambio social radical, es la que Illich denomina “epinieteica”.

RESUMEN GLOBAL

Vemos, pues, cómo a lo largo de estos siete capítulos el autor desarrolla su hipótesis de la necesidad de una desescolarización social, comenzando con un análisis de la crisis escolar, de la naturaleza estructural del sistema educativo y sus nocivos efectos sociales, para posteriormente considerar algunas posibles alternativas de un nuevo modo de aprender, al tiempo que resalta la capacidad revolucionaria que posee esta concepción diferente de la relación educativa entre el hombre y su medio ambiente global.

Illich elige la escuela como paradigrna de la institucionalización de valores, de los contradictorios efectos de la planificación burocrática en la sociedad consumiste que prevalece en nuestros días, para llegar a plantear la necesidad de desarrollar una nueva actitud hacia el hombre mismo, envuelto en la ritualización del “progreso” (noción que ha suscitado numerosas críticas en las últimas décadas). El mito del progreso como un proceso lineal, ha comenzado a desvanecerse.

El autor evidencia que todo poder institucional reside en lo que denomina su “curriculum oculto’; evidencia también que cualquier intento por cambiar las instituciones, comenzando por la escuela dado su papel de principal legitimadora de los valores sociales y de iniciadora en el consumo ritual, es un intento por cambiar el sistema social del cual forma parte.

Las soluciones propuestas por Illich a la escolarización actual, carecen en cierto grado de solidez pragmática, pero esta deficiencia se opaca ante la lucidez de su análisis de lo que bien podemos llamar .’contaminación ideológica”, quizá el efecto más desastroso del desequilibrio humano (social) y natural que caracteriza al mundo de hoy.

Así pues, La Sociedad Desescolarizada resulta ser un libro de interés no sólo para todos aquellos que “inquietos” por la crisis educativa buscan alternativas coherentes para el aprendizaje, sino, y esto es más importante, para todos los interesados en un cambio radical del hombre y la sociedad. Sistema Escolar y Sistema Social son fenómenos interdependientes, en palabras del autor. “La Escuela es la agencia de publicidad que le hace a uno creer que necesita la sociedad tal como está” (p. 205).

4 comentarios:

  1. Quizás un poco extenso para ser un resumen, pero se entienden bastante bien ambas teorías.

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  2. Según mi punto de vista son un poco extensos para ser un resumen, porque ver un resumen así no favorece para leer el texto. Pero los resúmenes están claros y se entienden muy bien. Las teorías quedan claras.

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  3. Estoy con mis compañeras, quizás para ser un resumen es bastante extenso, pero aun así, toda la información que contiene es contundente.

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  4. Las teorías están bastante claras aunque como dicen mis compis debería ser más corto, aun asi buen trabajo!

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